Un grupo internacional de investigadores, con presencia de dos equipos españoles, ha descubierto que una lámina de grafeno, al recibir un fotón, no solo emite un electrón, sino que emite muchos electrones excitados, y por tanto una señal eléctrica mayor. Esto significa que las pérdidas en la conversión de luz en electricidad son mucho menores que con los materiales actuales, es decir, que se podrían fabricar paneles solares fotovoltaicos con una eficiencia muy alta.