La decisión del consistorio madrileño encabezado por Alberto Aguilera, de instalar en la vía pública las denominadas “ estufas populares ”, provocó un interesante debate en la capital de España. La resolución fue acogida en general con agrado por los ciudadanos: “Es una idea generosa y humanitaria el colocar estufas populares en este horrible invierno (…) Al menos en estas noches horribles, en que desciende sobre Madrid un hielo de muerte, en torno a estas estufas se agrupará una legión de niños pobres, descalzos y privados de todo amor”