Siempre que se habla de Linux en el escritorio se da por hecho que se trata de una minoría, de unos cuantos freaks de la tecnología a los que les encanta cacharrear con el sistema operativo, aprender sus entresijos y devanarse los sesos resolviendo los problemas que van surgiendo. Bueno, en esto último seguro que tienen algo de razón, pero no tanto en lo de que solo somos unos pocos…