Es absolutamente intolerable que esto que acaba de pasar en MasterChef se emita en la televisión pública. Luego se nos llena la boca hablando de salud mental, pero mientras no hay psicólogos en la pública, con nuestro dinero sí pagan esta violencia.
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etiquetas: masterchef , salud mental , concursante , renuncia
Pero sí tienes razón en que esto no está relacionado con la "salud mental" de los concursantes.
Esto está más relacionado con una mínima decencia y exigencia de respeto y educación por parte de personajes como el "celebrity" este del Jordi.
Utilizar la superioridad jerárquica en ese entorno, para intentar humillar a alguien, sin duda es acudir al pleistoceno de los ambientes laborales, que no es que no se den casos, ocurre igualmente.
Pero el que alguien con tanta visibilidad e influencia mediática como tal esperpento, acuda a tales tácticas y artificios, es directamente patético e inadmisible que esté financiado por un ente público.
eltelevisero.huffingtonpost.es/2024/04/la-imagen-de-david-en-masterche
Incluso me atrevería a decir que los átomos que le formaban en ese momento, también lo eran de antes.
Esas actitudes provienen del siglo XIX y del franquismo, en las que el empleador es poco menos que el padre de sus empleados, y tiene que educarles moralmente, y tratarlos como menores de edad.
Yo he trabajado en sitios muy exigentes, bajo una presión y responsabilidad que ni te imaginas ( aparte de haber sido autónomo ) y jamás en… » ver todo el comentario
Presentarse a una oposición, o prepararte para un trabajo exigente, evidentemente te pone bajo presión, pero los tribunales de oposición no hacen mofa de los candidatos, simplemente le ponen una nota. Lo mismo con los directivos, muy rara vez he visto que a un directivo se le tratara de esta manera, lo más común es que les echen.
Y las rarísimas veces que me han tratado así a mí, les he puesto en su sitio, y jamás me echaron por ello.
Obvia decir que los mejores directivos con los que he trabajado, jamás trataron así a nadie, y te puedo asegurar que fueron los más triunfadores, pero de largo.
La competitividad efectivamente puede estar bien si es sana, no así. No puede ser el todo vale ni el pisar cabezas para llegar ahí. Y mucho menos se debería normalizar
Si se valorase el cómo se llega ahí en vez de el estar ahí, muchos caerían por su propio peso. Hay mucha gente que está donde está a costa de otros.
La gente no la traga