Todos lo hemos hecho. Probablemente tú también. No importa lo que creamos sobre la moral o la política, todos hemos usado el discurso moral para proyectar una imagen engrandecedora y moralmente respetable de nosotros mismos. Supongamos, por ejemplo, que uno de nosotros, en un esfuerzo por impresionar a sus amigos con su excelente carácter, dice: “Hace tiempo que estoy del lado de los desfavorecidos y este caso no es una excepción. No toleraré esta injusticia, ni tampoco debería hacerlo ninguna otra buena persona”. Llamamos a esto postureo moral
|
etiquetas: postureo , moral
Más datos me das para reírme de tu cara.
Cuanto más te obceques en rajar con tanto encono,
Más idiota eres y más me descojono.
De hecho soy la persona más humilde del mundo.
Además, todos sabemos que las reglas se incumplen, y todos hemos sido moralmente incorrectos alguna vez. Por lo tanto hacer un seguimiento y encontrar una contradicción entre lo que decimos que es moralmente correcto y lo que hacemos en nuestra vida es sencillo, y no sirve para cribar un postureo de una opinión real.
Por cierto, las mismas consecuencias que tiene el postureo y que enumera el artículo las tiene la simple expresión de normas morales sin postureo alguno.
Preocúpate de tu conciencia en lugar de tu reputación porque tu conciencia es tu problema ya que es lo que tú piensas de tí mismo y tu reputación es lo que lo demás piensan de tí y eso es problema de los demás.
Albert Einstein