El 16 de agosto de 1996, un equipo dirigido por el doctor David McKay, publicó en la revista Science quizás el artículo científico más sorprendente del siglo XX, desbancando incluso al clásico de Watson y Crick de 1953. Lo que venía a decir el ya famoso texto de McKay era que la Ciencia había hallado, por primera vez, evidencias de la existencia de vida extraterrestre, más concretamente, marciana.