'The Pirate Bay', una página que ayuda a localizar y descargar música y películas, harta del acoso de las autoridades, está intentado comprar Sealand, una isla artificial situada frente a la costa de Reino Unido de oscuro estatus legal. No tiene palmeras ni playas de arena blanca, pero tampoco una legislación clara que impida a los pirtatas seguir con sus actividades.