Nuestra historia es muy similar a la de muchas familias, que cuando suben los intereses de las hipotecas empiezan a temblar. Somos tres, pero solo trabaja mi marido. A mis 37 años resulta difícil que los empresarios me contraten. Nos gustaría tener un segundo hijo, pese a lo complicado de la situación. Mi marido trabaja, como mucha gente, un montón de horas al día y no puede colaborar en la educación de su hija. Y con lo que gana, pasamos muchas dificultades. Probablemente tendremos que vender nuestro piso, que es nuevo...