El crecimiento industrial de China se ha ralentizado un poco, así que las fábricas en las que se trabajan 24 horas al día han empezado a cerrar. Pero no solo eso, los trabajadores chinos han aprendido cuáles son sus derechos, y han dejado de someterse a los empresarios. Hace sólo unos pocos años, las fábricas textiles del distrito de Haizhu trabajaban durante todo el día, se extendían por los bloques de apartamentos, tiendas y cualquier otro espacio disponible, fabricando ropa para todo el mundo.