Lo que vulgarmente se llama ‘apagón informativo’ forma parte, sin embargo, de una cultura política que poco tiene que ver con lo que entendemos por democracia liberal. Pero no cabe extrañarse. Esto lleva camino de la perpetuidad, como quería Chávez, el amigo, o como lo lleva haciendo Castro en aras de "la revolución" que no acaba de cuajar por ningún lado. Y ya lleva medio siglo.