Alrededor de diez mil españoles tienen cien años o más, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, y algunos de ellos, a juzgar por sus familiares, tienen mejor salud que sus hijos, casi octogenarios. Hay centenarios «especialmente bien de salud, biológicamente muy fuertes». Son supervivientes de años duros en el último siglo, pero la pérdida de autonomía y la dependencia, la necesidad de una persona que los ayude a mantener una mínima calidad de vida, es muy alta, señala el geriatra Leocadio Rodríguez Mañas.