El chalé estaba ocupado en el momento del asalto por el matrimonio y dos de sus hijos, de once y ocho años de edad. Los asaltantes, con armas de fuego y blancas, golpearon al hombre, que quedó inconsciente, y obligaron a la mujer a abrir la caja fuerte. Después huyeron con joyas y dinero. En ese momento, el propietario recuperó la consciencia, cogió un arma de tiro olímpico para la que tiene licencia y disparó varias veces a modo disuasorio.