Que el endeudamiento que soportan las familias que viven en España, a consecuencia, fundamentalmente, de las hipotecas que padecen, es conocido. Que esto ha comenzado a influir de un modo claro y contundente en el consumo, no tanto por su disminución en una primera etapa, sino por la necesidad de recurrir a créditos rápidos, tarjetas, también es obvio, en una sociedad que ha sido adiestrada para creer en el consumo como causa de la felicidad. Continúa en el artículo