«Por favor, llámeme por mi nombre. No me gusta perder el tiempo con los títulos», dice Zahra Aga Khan en un perfecto inglés aprendido en Le Rosey, el internado más exclusivo del mundo. El encuentro con ABC se produce durante una cena en el castillo de Chantilly, a las afueras de París, con motivo del Prix de Diane Longines, las centenarias carreras de caballos. Luce un sencillo vestido de cóctel negro. «Para ser princesa, no es gran cosa», murmura una invitada. Sin embargo, su collar de esmeraldas delata su abolengo, más propio de un cuento ...