Cuando medio centenar de trabajadores de Naval Gijón se encerraron en el astillero, en mayo de 2009, hace 16 meses, durante tres semanas, 23 larguísimos días, para reclamar una garantía fiable e irrevocable de las prejubilaciones prometidas, mientras, otros tantos trabajadores en las mismas condiciones, no sólo no se sumaron al encierro sino que criticaron y hasta insultaron a los encerrados. Sin embargo, y a pesar de ello, disfrutan ahora de los frutos y de la victoria de una lucha que ellos mismos quisieron dinamitar.