... Se trataba de productos preparados para la exportación a los mercados europeos, donde se pagaban a más del doble que en España. Descubrí así que los mejores cítricos se los comían los más ricos que, entonces, eran extranjeros. Mucho naranjito, mucho Blasco Ibáñez y su Entre Naranjos, mucha valencianía con la naranjas, pero mandaba el dinero antes que la patria, chica o no chica y los mejores productos salían del país proporcionando divisas.