Todos tenemos una banda sonora vital. Está compuesta de determinados discos, películas y, por supuesto, libros. No es relevante su calidad, ni tienen por qué ser contemporáneos ni importa si fueron o no los mas representativos de una época. Su única virtud fue estar en el lugar adecuado en el momento mas (o menos, eso depende) oportuno. Fueron determinantes para tomar decisiones trascendentes, superar fracasos, enmarcar amores o consolidar una forma determinada de contemplar el mundo. A poco que rasquemos, aparecerán en cualquier actividad...