El día 20 se cumplían exactamente dos años, que a muchos nos parecen siglos, de la Legislatura del Gobierno de Rajoy. Y, tras pasar la línea divisoria de la mitad de su mandato, se hace obligado hacer, a modo de balance, un resumen de lo acontecido en estos veinticuatro meses. Meses duros, siniestros, crueles, infames, demenciales. En este corto espacio de tiempo el país ha envejecido, se ha entristecido, se ha vuelto inhóspito, miserable y, para muchos, inhabitable. La España cañí, antidemocrática, cruel e insaciable ha resucitado.