En 1999, el geólogo McEwen con su empresa al borde de la quiebra, después de escuchar la conferencia de Torvalds en el MIT, tuvo una visión: si sus trabajadores de la mina, no podían encontrar el oro, situado en la zona de Red Lake, tal vez otros si podrían hacerlo. Y la clave para localizar más yacimientos de oro quizás estaba en abrir el proceso de prospección como Torvalds “había abierto el código fuente de Linux”. Unas semanas después, propuestas de todo el mundo inundaban la sede de Goldcorp y se encontraron cientos de nuevos yacimientos.