Durante ese año, el Hospital de Valdemoro (gestionado por CAPIO), subcontrató los servicios de hematología, ginecología, anestesia, incluso cirugías generales, es decir, recurrió a servicios ajenos al hospital, [b]pero sin disponer de la autorización expresa de la Consejería de Sanidad[/b], según se le obligaba en el contrato que firmaron.