Cuando Angela Merkel presentó en rueda de prensa los resultados del Consejo Europeo que enterraban definitivamente el Tratado Constitucional rechazado en referéndum por Francia y Países Bajos, no pudo ser más ambigua: “se conserva en gran medida el fondo, pero se cambia el formato”. Es decir, se conservan las políticas neoliberales, pero se abandona cualquier pretensión de legitimidad democrática a nivel comunitario de las mismas.