A principios del siglo 20 se puso de moda entre los ejércitos del mundo realizar figuras de sus escudos, animales o símbolos nacionales. De esta manera, no solo se demostraba la disciplina de los soldados, logrando formar perfectamente complejas e intrincadas figuras que, vistas desde el aire, cobraban sentido, sino que además servían para levantar la moral de las tropas. Eería en los campos de reserva del Ejército de los Estados Unidos, donde donde esta técnica digno de hace envidiar a cualquier colonia de hormigas, se volvería todo un arte.