A lo largo de estos días he podido ver las más variopintas reacciones levantadas por la imposición del plan Bolonia obligatorio a partir de 2010 en las distintas universidades españolas. Una de ellas, la que provoca este comentario, es la de los docentes que reciben este cambio con una sonrisa y se limitan a decir "es que así deberían ser las cosas: + trabajo, + demostración y - arriesgárselo todo a un examen. Y uno puede decir, o no, que tienen razón; pero si tienen razón, ¿porqué hemos ido perpetuando este sistema tachado de "ineficaz"?