El astrónomo ruso Oleg Bartunov, de 51 años, capturó el espectáculo durante una expedición Himalaya en Nepal. El fenómeno es causado por la luz que se refleja en los pequeños cristales de hielo dentro del vapor de agua del cuerpo de la nube. La luz proviene del Sol, que estaba justo debajo de las nubes en el ángulo perfecto para crear el efecto mágico.

Sal a la calle en una noche oscura con Luna nueva. ¿Es diciembre o enero? Echa un vistazo a Betelgeuse, brillando con un rojo intenso en el hombro de Orión, y Rigel, un láser azul en su rodilla. Un mes más tarde, la amarilla Capella monta en lo alto del Auriga. ¿Es julio? Busca Vega, un zafiro e Lira, o Antares, el corazón rojo anaranjado de Escorpio. Rojo, naranja, amarillo, azul..casi todos los colores del arco iris. Pero espera un momento. ¿Dónde están las estrellas verdes? ¿No debería poder verlas? No. No hay estrellas verdes. ¿Por qué?

En las dos primeras décadas del siglo XX se sentaron las bases de una revolución conceptual que cambió la física para siempre. La relatividad y la mecánica cuántica vinieron al mundo prácticamente a la vez, ambas como resultado de plantear uno de esos pequeños problemas insignificantes que le quedaban a la física para describirlo absolutamente todo y en esos años convulsos de nuestra historia estas dos nuevas teorías vinieron a trastocar todo lo preconcebido hasta la fecha.