Valentín Escribano, un empresario valenciano que se hizo cargo, junto a otras doce pequeñas empresas, de construir el Rocódromo de Palencia, se encuentra a punto de perderlo todo y quedarse en la calle, debido a que, según cuenta, se les adeudan cerca de un millón de euros por unas obras ya terminadas y en pleno funcionamiento. Valentín Escribano se ha declarado en huelga de hambre y para que le hagan caso se ha ido hasta la Consejería de Familia en Valladolid para "reclamar" lo que considera suyo.