Detrás de los enormes muros de hormigón de la cárcel de Santa Martha Acatitla en la Ciudad de México, se encuentra un alegre jardín de infantil, con paredes de colores, un laberinto de toboganes y columpios y claro, un grupo de juego de niños riendo. Entre las reclusas de la penitenciaría se encuentran mujeres que cumplen condenas por asesinato, tráfico de drogas y secuestro. También hay unos 50 niños, que viven dentro de la prisión con sus madres en prisión.