Tomás, que actualmente regenta una empresa distribuidora de puertas y automatismos en la localidad pacense de Zafra, está casado y tiene dos hijos, no ve reparado el daño que le hicieron en 1988 los tribunales del proceso selectivo en esta decisión judicial, ya que según lamentó esta comunicación judicial en la actualidad le "rompe la vida por completo", pues implica tener que "dejarlo todo, la empresa y mi casa", según lamentó.