La adicción al trabajo, una "epidemia silenciosa", según el psicólogo Iñaki Piñuel, conlleva casi siempre hábitos de vida poco saludables -sedentarismo, tabaquismo, alcohol y consumo de drogas- que pueden propiciar un final trágico."Los enganchados que ven peligrar su puesto de trabajo, o que lo pierden, están en un alto riesgo de suicidio", alerta Piñuel, para quien el porcentaje de personas que no acaban destruidas por esta adicción "es muy pequeño".