La Psicología, como la conocemos hoy en día, es una ciencia relativamente joven, pero desde sus inicios ha ayudado a ganar una mayor comprensión de nosotros mismos y de nuestras interacciones con el mundo. Muchos experimentos psicológicos han sido muy válidos y éticos, y permiten a los investigadores crear nuevos tratamientos y terapias disponibles, así como dar otros puntos de vista en nuestras motivaciones y acciones. Lamentablemente, otros experimentos han terminado fracasando terriblemente, arruinando vidas y avergonzando a la profesión.