Esta es una historia triste, pero posee el músculo de esas fábulas arquetipales que impactan a las sociedades más diversas porque hablan de la esencia de los seres humanos. Sixto Rodríguez estudió filosofía y comenzó a trabajar en la industria de la construcción. Aspiró sin suerte a cargos representativos en la ciudad. Se casó, tuvo hijos, se separó y vivió toda su vida en una casa que compró por 50 dólares, a mediados de los años setenta. ¿Qué tiene de única la vida de Sixto, que se parece a la de tantos inmigrantes latinos?