"[...]Veamos un ejemplo del mundo real: Suponed que yo vendo un producto X, un alimento básico, que no tiene mucho margen comercial, y además empieza a tener mala fama entre los modernos nutricionistas. Voy a hacer magia. En primer lugar, me salto alguno de los pasos de su producción, con lo que me ahorro algo de dinero, aunque obtenga un producto más basto… ¿y más difícil de vender? ¡Nooor! Aquí llega una palabra mágica al rescate: “INTEGRAL”.[...]"