Google no es una ONG, ni un movimiento de liberación, ni siquiera es una célula comercial de Amnistía Internacional o Reporteros Sin Fronteras. Larry Page no es el Che Guevara ni tampoco nos atreveríamos decir que Sergey Brin guarde parecido ideológico alguno con Gandhi o Luther King. Google, al igual que Yahoo, Microsoft, Carrefour, El Corte Inglés, Telefónica o el supermercado que tengo al lado de casa son empresas.