Más de 6.000 personas se manifestaron, anoche, contra la detención una de las líderes del movimiento de protesta que tomó las calles del país el pasado verano en la mayor movilización social registrada en la historia de Israel. Los activistas por su parte denuncian malos tratos de los que se han hecho eco, también, los periódicos esta mañana. Ciertos expertos creen que el gobierno intenta impedir que el movimiento de los indignados levante el vuelo como el verano pasado.