Mientras la política antitabaco de Gran Hermano continúa año tras año, la hipocresía también va creciendo. La concursante que fue seleccionada, en sorteo público, con el número 133 para entrar en la casa no vio cumplido su sueño. La echaron. ¿Por qué? ¿por puta? No, por ser exdrogadicta con tratamiento de metadona durante 5 años. En fin, la vida en directo es lo que tiene, sólo gente guapa y dicharachera, que esté dispuesta a despellejarse por cuatro duros, artificiales, mentirosos... pero que estén sanos, por favor.