Una madre se ha visto obligada, después de 25 años de sufrimiento bajo la ley del silencio, a denunciar a uno de sus propios hijos por continuas amenazas, extorsiones y por robar y causar destrozos en su casa, ubicada en un barrio de Bilbao. La mujer, de 73 años, «ya no puede más», según ha declarado a la Policía Municipal, y ha decidio pedir ayuda y solicitar una orden de alejamiento de su hijo mayor. Él, de 47 años, sufre un trastorno severo de la personalidad y lleva enganchado a las drogas 25 años, desde que tenía 22.