“El mayor de los misterios: ¿por qué no se muestran ellos a nosotros? Quizá se mantengan apartados por razones morales; pero, ¿no habrá entre ellos algunos degenerados? O por razones físicas: desde el momento en que evaluamos esta posibilidad, creemos de buen grado que el acercamiento de nuestro mundo por otro sería catastrófico. Pero, con todo, debemos interesarles. Los microbios y los gérmenes nos interesan, algunos incluso nos apasionan”, escribió Charles Fort (1874-1932) en El libro de los condenados (1919). Ellos eran […].