Desde su mismo inicio como especie, el ser humano ha buscado en la naturaleza remedio a sus enfermedades. Quizá incluso desde antes, ya que los chimpancés ingieren ciertas plantas solamente cuando se sienten indispuestos. Todas las sociedades tradicionales han sabido obtener alivio de la enorme riqueza a nivel molecular del reino vegetal y, todavía hoy, cuatro quintas partes de la población mundial, sin posibilidad de acceso a los adelantos de la medicina moderna, siguen confiando en el uso de plantas medicinales para conservar su salud.