Afganistán, uno de los países más pobres del mundo, estuvo regido hasta la década de los años setenta por un sistema feudal en el que el 75% de la tierra era propiedad del 3% de la población rural. En 1978, tras grandes movilizaciones el PDP se hace con el control e inicia reformas que incluyen la legalización de los sindicatos, el establecimiento de un salario mínimo, una campaña de alfabetización, y reformas en la salud pública. Destaca la integración de la mujer, a la que se la permite estudiar e incluso ocupar puesto en el gobierno.