Una red de tubos transparentes sobre la ciudad permitirá a los ciclistas desplazarse a gran velocidad, de un modo sano y silencioso, en cualquier estación del año y condición meteorológica. Los tubos, elevados a unos cinco metros del suelo, se dispondrán en el sentido de la marcha y sin intersecciones, lo que producirá una corriente dinámica de aire que impulsará, de forma natural, a los ciclistas con un suave viento de cola, consiguiendo velocidades de hasta 40 km/h.