El agente no esperó a la llegada de los bomberos y fue puerta por puerta sacando a los vecinos de sus domicilios. Desmontó todas las ventanas, y ayudó a los ocupantes a salir al balcón mientras llegaban los bomberos, quienes, según contó el agente, tuvieron dificultades para acceder al edificio por las características de la calle. Una vez a salvo, los ocupantes del tercer piso avisaron de que encima aún había gente. "Ahí se me cayó el mundo a los pies, pero no podía dejarlos, así que cogí otra mascarilla y como pude, con la linterna, me...