El diputado noruego derechista, Ulf Erik Knutsen, ha cumplido su promesa hecha hace siete años: en su día, declaró a la prensa que se comería unas pantuflas viejas si los gastos de la nueva Casa de la Ópera, donde Merkel lució escote, inaugurada el pasado día 12, no excedían los 10 mil millones de coronas noruegas (300 millones de euros). Los gastos fueron mucho mayores. Y se las comió (no del todo) delante de las cámaras...un ejemplo para nuestros gestores...