No sería exagerado decir que casi todo el mundo se droga en el FIB. Entendiendo como droga, claro, la cerveza, el whisky, el ron y el vodka, además del hachís, la cocaína, el éxtasis, la ketamina, y lo que sea. Nada apocalíptico: como en cualquier discoteca, vamos (quizás con un matiz algo más hedonista, por ser una ocasión especial). Pero esto, que es muy razonable en un entorno así (aunque no legal), a los organizadores del festival, que se aprovechan de ello, no les gusta que se diga.