La nieta de Helen Duncan, encarcelada durante la Segunda Guerra Mundial por considerársele una amenaza para la nación, está empeñada en limpiar su nombre. Duncan, una médium que llevó a cabo sesiones de espiritismo en todo el país, fue arrestada en un momento en el que las autoridades temían que los detalles del inminente desembarco de Normandía en Francia fueran desvelados. Ella reveló el hundimiento de dos barcos de guerra británicos antes de que las noticias se hicieran publicas.