¡No me volví loco ni nada parecido! Todo tiene su explicación, vayamos por partes. Hoy recibí una llamada de un amigo que tengo en León invitándome a pasar unos días en su casa, hasta ahí todo normal, lo que me llamo la atención es que me comentaba, que de paso que veíamos las procesiones, de las que no soy muy partidario, ya que no se me olvida el miedo que pasaba de pequeño viendo a esa gente desfilando con semejantes vestimentas, podríamos ir a matar unos cuantos judíos.” ¿Cómo que matar judíos?, ¡estás loco!”, fue lo primero que le dije.