Anthi tiene siete años y Niki, siete. Son las hijas del representante griego de la Unión Europea en Bruselas. Durante el desayuno la familia habla griego. En el colegio las niñas hablan alemán. Cuando vuelven a casa, las está esperando una estudiante francesa que cuida de ellas. Con ella hablan francés. Durante la cena se cierra el círculo, y vuelven a hablar griego. Siempre que voy a Bruselas a visitar a esta familia, me pregunto si esta vida cotidiana trilingüe es una realidad de la UE, si la integración en la UE está tan avanzada que los...