Nos lo merecemos, por borregos, por ciegos, por ignorantes, por sumisos. Unos gánsters se reunen en Bruselas y deciden que los europeos trabajaremos 20 horas más a la semana. Y además nos escupen a la cara al decirnos que es "un paso adelante para los trabajadores". Imagino que, una vez cerrado el trato, brindarían con cava y champán en compañía de sus amigos empresarios.