El amoniaco tiene extraordinarias similitudes químicas con el agua. Disuelve la mayoría de los compuestos orgánicos así como metales (como el sodio, el magnesio, el aluminio... y en menor medida, yodo, ácido sulfúrico, selenio y fósforo) importante en la química de la vida. Su constante dieléctrica es una cuarta parte la del agua (lo que la hace peor aislante), el calor específico es ligeramente superior y es también, de lejos, menos viscoso.