Los mejores cachopos en Asturias

Si uno no es asturiano seguro que no sabe muy bien qué es un cachopo: ¿un pez? ¿un instrumento de labranza? ¿un insulto? ¿un órgano sexual? Pues no: el cachopo es tal vez el plato más popular actualmente de la cocina asturiana dentro de sus fronteras, sobre el que la gente habla, compara y busca lo mejor, mientras que fuera permanece en cierto anonimato. En el espacio exterior es más conocida la sempiterna fabada, el arroz con bogavante, el pote asturiano o la sidra, pero pocos han catado un buen cachopo.

¿Llegará a ser más popular que la fabada, el pote asturiano o el arroz con leche?, le preguntaba yo a Miguel Llano, periodista, colaborador del diario El Comercio. "Quizá no tanto”, me contestó, “pero de momento en Asturias sigue en ascenso imparable”. Acabo de comprar en Gijón la “Guía del Cachopo 2014” donde figuran los restaurantes asturianos que preparan el plato. Una obra en la que su autor, Nacho Gancedo, aporta detalles sobre más de 200 establecimientos del Principado. Tipo de carne que utiliza cada uno, clases de relleno, precios...

Para los que no lo sepáis, el cachopo tradicional está hecho con dos filetes de ternera rellenos de jamón curado y queso, empanados y fritos. Normalmente, con guarnición, que varía en función del local.

El cachopo, es una receta tradicional de la gastronomìa asturiana. Y que consiste en rellenar dos filetes de ternera con queso y jamón serrano, para luego empanarlos y freírlos. La gastronomía es algo que evoluciona continuamente y de las recetas clásicas siempre aparecen nuevas y cantidad de versiones distintas. Asi pues, hoy día el cachopo aparece relleno de verduras, mariscos, pescados....Esta receta que os dejo es mi versión particular y con la que participo con mi segunda receta para el concurso "Con sabor astur"

El sábado, San Valentín, nos levantamos, desayunamos un pantumaca improvisado (que estaba de muerte) y emprendimos viaje a por el Cachopo. Llegamos a Gijón, encontramos el restaurante sin GPS y esto fue con lo que nos encontramos. Los cuatro cachopos estaban de muerte, pero no fueron rivales... cayeron en honrosa batalla, pero cayeron :>

Fernando Martín, falleció en Oviedo a los 71 años, tras sufrir un ictus cerebral. Entre sus comensales ilustres figura el rey de España, don Juan Carlos, Fidel Castro, Felipe González o José María Aznar. Él fue el creador del cachopo cuando estaba en la cocina de sus tíos, en El Pelayo. El cachopo de aquella época llevaba una especie de frixuelo en el interior, espárragos, jamón y era una ración inmensa.

Arlós batió todos los récords y consiguió cocinar el mayor de Asturias con una medida de 2,50 metros de largo por 1,10 de ancho. No es de extrañar, entonces, que su preparación no fuese fácil. Para empezar se necesitan colosales cantidades de ingredientes: 40 kilos de ternera, 10 de queso, 8 de jamón, más la harina, el huevo y el pan rallado para el rebozado.

Campeonatos, blogs, ferias, jornadas, guías, festivales... el cachopo (ese inmenso plato de carne rebozada y rellena de jamón y queso) está de moda. Tanto que algunos de sus más firmes defensores temen que estemos ante una auténtica burbuja.

El cachopo es, originalmente, un artefacto gastronómico consistente en dos filetes de ternera rellenos de jamón serrano y queso fundido, todo ello rebozado. Tiene muchos fans y algunos enemigos: aquellos que dicen que no es auténtica gastronomía asturiana sino un plato grasiento y de batalla, aquellos que dudan de su originalidad y lo comparan con la milanesa napolitana argentina, el cordon bleu francés, el flamenquín cordobés o el San Jacobo de toda la vida.

La cocina fusión está de moda. Una sidrería especializada en cocina del Norte, Sidrería A Cañada ha creado el primer cachopo de gallinejas y entresijos, fusionando así dos de los platos más típicos de Asturias y Madrid, que no dejará indiferente a nadie y tenderá un puente entre ambas gastronomías. Esta sidrería fue galardonada recientemente como Embajador de la Gastronomía Asturiana en Madrid por el Ayuntamiento de Oviedo, con lo que este plato refuerza todavía más ese título.

Según un acuerdo entre ambas comunidades y tras largas sobremesas, Asturias no podrá volver a vender ni un Cachopo más, por lo menos bajo ese nombre que ahora pertenecerá única y exclusivamente a la tierruca. Revilla ha sido contundente: “Si quieren vender algo similar tendrán que llamarlo ‘San Jacobo’ o ‘Cordon Bleu’. Se acabó la tontería. Ya es nuestro“,

La Cachopomatic está instalada en la Estación de Atocha, en Madrid, y es obra de Juan José Piñero, un carnicero asturiano que ha decidido expandir su idea de ofrecer cachopos las 24 horas tras instalar una primera máquina en la estación de autobuses de Oviedo.

El cantante, entendido en la materia ha querido explicar que el cachopo no solo se rellena de jamón y queso, pero se ha venido un poco arriba para diversión de sus compañeros: “El cachopo es al gusto, puedes rellenarlo de lo que tú quieras, los vegetarianos pueden… no lo pueden rellenar porque es carne, pero que se puede rellenar de todo: jamón y queso, pimientos, pescado, marisco…”

107 bares y restaurantes de Asturias participaron en el Campeonato Regional de Cachopos y Cachopinos de Asturias. Diferentes propuestas, filosofías y concepciones de este plato tan propio de la gastronomía asturiana (especialmente en los últimos años) con el nexo común de la creatividad y el buen hacer.

La Academia Española del Cachopo ha elegido el mejor Cachopo de España 2016, de entre más de 150 sidrerías y restaurantes de todo el país. El elegido está en el madrileño barrio de Embajadores.

Me enteré de lo que era el cachopo hace poco. Los cocineros tenemos el conocimiento esencial, pero no sabemos de todo. Para crear algo nuevo alrededor del cachopo tengo que comprender qué es, cuándo y cómo se come, contextualizar cuántos años hace de este boom y dónde se hace. Sólo con queso, jamón y ternera te puedo hacer varias versiones. Al final es una lámina de un producto relleno, que rebozas y vas a cocinar para disfrutarlo. A partir de ahí hay cantidad de cosas parecidas, porque al final no deja de ser una croqueta.

El cachopo ha saltado las fronteras de los fogones asturianos gracias a su sencillez, gran sabor y precio contenido, que lo han convertido en uno de los platos de moda de los últimos años.

¿Es el cachopo una croqueta evolucionada y en versión asturiana? Sin duda, una de las preguntas más repetidas desde que hace unos días Ferran Adrià enfadara a medio Asturias -por lo menos- al comparar ambos platos en una entrevista. Aunque parece que la respuesta es unánime y pocos ven esa supuesta relación entre cachopos y croquetas, una sidrería de Gijón ha decidido aprovechar la polémica y responder al chef de una forma muy original y simpática: creando las primeras croquetas de cachopo.

La lucha por atraer al público que ha disparado las ventas del cachopo; gente joven que comparte y busca restaurante en las redes sociales, tiene dos protagonistas. Por un lado uno de los más veteranos entre los concursos, el de la Guía del Cachopo. En la otra esquina, el actual campeón, la sidrería Delic Experience y su título como el mejor cachopo de España.

El fin del reinado del cachopo se acerca: La burbuja cachoperil ha empezado a desinflarse y algunos hasta se alegran de que así sea. En los últimos años se ha convertido en el plato estrella de la cocina asturiana -desbancando incluso a clásicos como la fabada- aunque su fervor no acaba de convencer ni a los críticos gastronómicos ni a los cocineros.

El alcalde de Leganés no desaprovechó su visita a Asturias el pasado año. El 26 de mayo de 2016 el Club Deportivo Leganés disputó un determinante partido contra el Real Oviedo en la capital asturiana. Allí se encontraba el alcalde del municipio madrileño Santiago Llorente. Rodeado de amigos disfrutaba desde el palco del Carlos Tartiere la victoria de su equipo frente al equipo ovetense. Para celebrarlo: una cena en Tierra Astur en la que no escatimó en gastos.

Según publicó el sábado el diario El País, en apenas año y medio abrió cinco locales e impulsó una franquicia. Además, en un momento dado decidió comprar un local más grande en Lavapiés por 70.000 euros, un traspaso que supuestamente se hizo efectivo con un cheque que no tenía fondos. Luego fue acumulando deudas también con sus empleados.