No es el invento del siglo. Ni siquiera es tecnológico, pero es que, en España hay cerca de 42 millones de teléfonos móviles. Prácticamente todos estamos movilizados. Además, a todos nos gusta ir a la playa. Y, encima, muchos lo haremos. Conclusión: si llevamos a la playa un equipo electrónico sensible (como un móvil) , no sólo tendremos la posibilidad de perderlo y de que nos lo “cojan” en un descuido. También corremos un serio riesgo de que se estropee por efectos de la arena y el agua marina.