El pasado lunes, minutos después de las 8.30 de la mañana, la mujer -de la que no consta que padezca trastornos psicológicos- se presentó en una de las habitaciones de la planta de Neonatología y comunicó al padre del bebé, de apenas 24 horas de vida, que tenía que llevárselo para proceder a la práctica de pruebas médicas. La actitud de la supuesta enfermera, sin embargo, hizo sospechar al progenitor y tras consultar a otras enfermeras adscritas al servicio, que le confirmaron que no estaba previsto realizar al bebé ningún análisis, dio aviso.